COLOMBIA (AndeanWire, 25 de Junio de 2015) En definitiva este ha sido el año de oro para las producciones audiovisuales en Colombia y un ejemplo de ello es la artista colombiana Claudia Fischer, quien ha logrado grandes reconocimientos por su documental  “Ati y Mindhiva, como el árbol bajo el huracán”.Esta producción ha recibido hasta el momento cinco galardones a nivel internacional  como mejor documental corto del International Film Festival y mejor documental en el Comedy Movie Award de Yakarta-Indonesia (2014) mejor dirección de documental corto y mejor edición de documental en el International Filmmaker Festival Of World Cinema de Londres (2015) y recientemente,  mejor largometraje del St Tropez International Film Festival en Francia (2015).

Este documental narra la odisea de dos jóvenes mujeres de la tribu Arhuaca que buscan en la ciudad la posibilidad de  acceder a la educación superior. La motivación por ser odontóloga y médica nace por los nombres dados por su abuelo Mamo (guía espiritual); Ati que significa madre creadora y Mindhiva sanadora. Tras el intento de ayudarlas, Fischer  tiene la idea de grabarlas, convirtiéndose en la sombra que acompaña a estas jóvenes en la lucha por conseguir su sueño.

“Todo comenzó en mi casa ubicada en Sopó, Cundinamarca. Mi esposo tenía una escuela para niños, donde se enseñaban manualidades y otras tradiciones propias de la cultura colombiana. Ati y Mindhiva llegaron a través de un amigo en común buscando oportunidades de trabajo y educación, sin embargo era tarde, ya que la escuela estaba por acabarse”, narró Fischer. Las hermanas, oriundas de la Sierra Nevada, dejaron su tierra con el fin de  terminar su educación básica y acceder a la universidad; Ati y Mindhiva partieron a los 12 y 10 años respectivamente, cuando los colegios cercanos en donde vivían, cerraron.

Cada una de ellas llevaba alrededor de dos años tratando de ingresar a varias universidades y habían sido rechazadas, sin embargo Ati y Mindhiva no se daban por vencidas y seguían firmes en su objetivo. Fischer comprendió que su misión era ayudar a estas jóvenes emprendedoras, su primera idea fue difundir a través de los medios de comunicación las pocas oportunidades que tenían las mujeres de la tribu Arhuaca, sin embargo su estrategia inicial no tuvo los resultados esperados, por lo que optó por grabar cada uno de los pasos que ellas daban y así registrar de primera mano la odisea de estas brillantes y perseverantes mujeres.

La  producción, dirección y guión fueron realizados de manera independiente  por Fischer, utilizando una cámara Sony 550 HD,  herramienta propicia para no intimidar y llegar a obtener tomas jamás hechas por algún documentalista colombiano, permitiéndole así sumergirse cada vez más en la historia de vida de las protagonistas y de la cultura Arhuaca.

Tras cinco semanas de rodaje en la Sierra Nevada y dos semanas en Bogotá, Fischer logró recopilar un material indudablemente valioso. “Percibí la riqueza y la importante historia que se estaba relatando a través de estas imágenes. Luego de haber vivido en Europa durante 18 años, pude tener una perspectiva  tanto europea como colombiana y decidí poner este material en la escena internacional con la intención  de aportar al mundo y a Colombia la historia de estas dos jóvenes”, agregó Fischer.

Aunque en los planes de esta artista no estaba la realización documental, ella afirma que el camino para llegar a la producción audiovisual siempre estuvo presente, pero esta oportunidad no hubiera sido posible sin la historia de Ati y Mindhiva. “Nunca pensé llegar a ser documentalista, mi objetivo era y es ayudarlas a desarrollar todo su potencial, pero al  final de la historia me encontré con que estas chicas fueron las que me abrieron las puertas en el mundo audiovisual”, comentó Fischer.  

Los factores diferenciadores del documental se centran en el tema, el tipo de narración y el impacto internacional. El tema de esta producción es muy poco utilizado por los documentalistas y cineastas colombianos, por la complejidad de llegar a estas culturas y registrar sus tradiciones, en el caso de esta producción hay mirada natural, real y simple de la cultura Arhuaca. En segunda instancia,  el tipo de narración  sencilla permite que la constancia de las protagonistas quede como lección de vida en los espectadores. Por último, el impacto internacional ha hecho que en continentes como Europa se interese por poblaciones tan alejadas, cerradas y poco visualizadas, demostrando que existen mundos distintos al nuestro, con grandes valores hacia la naturaleza y el hombre mismo.

Es la primera vez que dos jóvenes mujeres de la comunidad Arhuaca dan su cara y voz para mostrar su mundo. Es un viaje enriquecedor y bello a la Sierra Nevada de Santa Marta, a través de los pensamientos, sueños y metas de Ati y Mindhiva. “Querer es poder, decía mi abuelo el Mamo”, añade Mindhiva, concluyendo que esta es la mayor moraleja de este documental.

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