COLOMBIA (BusinessCol, 25 de Marzo de 2015) Fundaciones como Traspasando Fronteras ya cuentan con innovadores programas para que las pymes puedan apoyar causas sociales, y obtener muchos beneficios más allá del tributario.
El compromiso y la aplicación de buenas prácticas enfocadas a la responsabilidad social empresarial (RSE) ya no es sólo una historia de las grandes empresas del país.
La contribución ética de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), motor de la economía local de Colombia, supone un apoyo fundamental para el crecimiento social del país, pero también un elemento diferenciador que fortalece la imagen, competitividad y resultados de este tipo de compañías.
Según cifras de la Corporación Fenalco Solidario en Colombia, entidad que otorga cada año el certificado a la mejor empresa socialmente sostenible, las inversiones en RSE durante el 2012 sumaron $372 mil millones. Ante el creciente interés de la esponsabilidad social en el mercado colombiano, el objetivo de las fundaciones sociales es sensibilizar a las pymes para que se incorporen a sus actividades voluntarias, más allá de los aportes económicos, para construir conjuntamente estrategias sociales, medioambientales y de bienestar para sus empleados, y de toda la comunidad a corto y largo plazo.
“Las pymes son el sector que más crece en el país y queremos que sean conscientes de la magnitud que puede tener su apoyo a causas sociales. En nuestro caso, que trabajamos en función de mejorar la calidad de vida de la una pequeña porción de la población infantil con cáncer en Colombia, su aporte puede ser definitivo para que deje de ser la primera causa de enfermedad y muerte de niños en el país”, señala Gina Sánchez de Becerra, directora de Traspasando Fronteras, una de las entidades sin ánimo de lucro que han creado programas especiales justamente para que las pymes también tengan la posibilidad de ser socialmente responsables y reciban a cambio muchos valores agregados.
La directora del centro de atención, que atiende actualmente a 135 niños con cáncer y lupus, explica que el cáncer de médula es un mal que va en aumento en el país. De ahí, la extrema importancia de que las pymes apoyen y ayuden a este tipo de causas.
“Buscamos que los aportes no se limiten a donar dinero mensualmente, sino que queremos involucrar a todas las comunidades de la empresa (dueños, empleados, proveedores, clientes) con la donación de su tiempo a través de charlas preventivas, que conozcan a los niños y sus familias y que oren por ellos. Creemos en el poder de la oración para la sanación de nuestros niños”, asegura la directora de esta organización sin ánimo de lucro de orientación católica.
En un ambiente competitivo, las iniciativas socialmente responsables le otorgan a las Pymes un valor agregado frente a sus competidores. Como explica la directora de Traspasando Fronteras, las empresas voluntarias pueden obtener “no sólo una serie de beneficios fiscales que aumenten la rentabilidad de la empresa sino también la posibilidad de mejorar el posicionamiento de su marca y, por ende, promover sus ventas al mostrar el trabajo con poblaciones menos favorecidas a sus clientes, proveedores y su público en general”.
“Las personas se sentirán identificadas y apoyarán con más fuerza a una empresa que trabaje con corazón. Hemos creado un sello de calidad con los productos promocionales de nuestra marca con el cual los empresarios pueden identificar sus productos como socialmente responsables”, asegura Sánchez de Becerra, quien explica que el factor diferencial de su fundación es ofrecer a las propias empresas una retroalimentación basada en diferentes cursos y actividades de bienestar, crecimiento personal, espiritual e, incluso, formación de trabajadores en educación financiera o prevención contra el cáncer.
Con el eslogan “Preservar vidas, Purificar almas”, gracias a las donaciones y la colaboración de grandes compañías y de pymes que se encuentran adheridos desde 2009 a su programa de Responsabilidad Social, esta institución garantiza alimentación, asesoría psicológica y espiritual, hospedaje, transporte y educación de los niños y sus familias con el fin de evitar la deserción de sus tratamientos médicos.
“Les suministramos mercados semanales, refrigerios, kits de hospitalización, subsidios de transporte y realizamos eventos recreativos y culturales para alegrarles la vida a los niños. Así preservamos su vida”, explicó Sánchez de Becerra.